El próximo jueves 6 de julio, vuelve al trabajo el Atlético de Madrid. Sin ninguna cara nueva. Aunque si hablamos de "caras" está la de Griezmann que ha protagonizado unos de los mayores ridículos de este fin de campaña. Primero botaba en el Calderón al grito de "madridista el que no bote" en el último partido de liga, luego tenía un 6/10 posibilidades de irse, que estaba preparado para ganar títulos y varios feos al Atlético de Madrid.... Días después se supo la respuesta del TAS con la negativa de fichar en una ventana de fichajes (el tema tiene miga) y eso hizo que el francés saliese del agujero y dijese que no podía abandonar al club en ese momento. Los del TAS fue definitorio y la suculenta subida de sueldo también. Este caso me hace reflexionar mucho sobre el fútbol moderno. ¿Hasta cuándo vamos a venerar a tíos que les importa una mierda su club, la afición etc?. Lo único que tengo claro es que ha muerto mi adoración por el francés y , sinceramente, no sé si volverá. Estoy cansado de ídolos de barro que se ríen de ti en tu cara. Ya ganan suficiente dinero, no se lo van a gastar ni en tres vidas. En fin solo espero que el primer partido de pretemporada, en el memorial Jesús Gil frente al Numancia, salga Griezmann y le hayan quitado el numero siete (se lo merece) y que juegue lo menos posible, si puede ser nada mejor. Y una cosa más que decir #OdioEternoAlFutbolModerno.

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